viernes, 16 de octubre de 2015

SEMANA 32

TEMA:Fascismo, franquismo y nazismo

El fascismo



Al final de la Primera Guerra Mundial, Italia se vio afectada por una inflación alta y un desempleo creciente, lo cual desencadenó una gran agitación social liderada por los obreros. En 1919, varias huelgas hicieron temer a las clases medias y altas el triunfo de una revolución comunista, por lo cual empezaron a apoyar al líder derechista Benito Mussolini, quien ese mismo año fundó el Fasci Italiani de Combattimento. Este grupo se caracterizó por reprimir de manera violenta a los militantes de izquierda, y por defender un programa nacionalista, anticomunista, antiliberal y antidemocrático.

Al no obtener una gran votación en las elecciones parlamentarias de 1921, Mussolini organizó una movilización nacional de sus simpatizantes, la Marcha sobre Roma el 27 y 28 de octubre de 1922, para presionar al gobierno. Esto le dio resultado, pues el rey Víctor Manuel III ofreció a Mussolini la formación del gobierno. A partir de ese momento, se desató una persecución a la oposición y se buscó instalar un Estado fascista, proceso que culminó con la expedición, entre 1925 y 1928, de las leyes "fascistisimas": se suprimieron las libertades individuales, se cerró el Parlamento, se prohibieron todos los partidos y sindicatos diferentes al fascista, se creó una policía política (la OVRA), se implantó un modelo corporativista y aumentó la intervención del Estado en la economía.

El gobierno promovió un culto a la figura de Mussolini, el Duce, a través de la enseñanza escolar, las organizaciones juveniles armadas y las grandes concentraciones y movilizaciones de masas.

El franquismo



En 1931 se instauró en España la Segunda República, y se redactó una Constitución que garantizó las libertades individuales, implementó el sufragio universal, reconoció las regiones autónomas y separó a la Iglesia del Estado. En las elecciones de 1936 triunfó el Frente Popular, integrado por socialistas, anarquistas, partidos republicanos, algunos nacionalistas y la minoría comunista; lo cual generó una fuerte reacción entre los seguidores de la derecha o falangistas. Se presentaron huelgas y algunos enfrentamientos armados que aumentaron la tensión social, hasta que el 18 de julio de 1936 el ejército español que estaba en África regresó al país y dio un golpe de estado. Los golpistas establecieron una Junta de Defensa Nacional, que nombró al general Francisco Franco como jefe de gobierno, y solo reconoció al partido de la Falange Española Tradicionalista. Los defensores de la República se organizaron en milicias armadas populares, con lo que el país se dividió en dos bandos y tuvo que soportar la guerra civil hasta el triunfo final de los nacionalistas y la implementación de la dictadura franquista en 1939. En este conflicto intervinieron Alemania e Italia en apoyo a Franco, y la Unión Soviética en apoyo de los republicanos. El franquismo se caracterizó por ser un régimen autoritario, anticomunista y defensor de la tradición católica española.

El nazismo




La relativa estabilidad de la República de Weimar se alteró por los efectos de la crisis de 1929. Cuando Estados Unidos suspendió los préstamos y repatrió sus inversiones, la producción industrial alemana disminuyó y el desempleo aumentó por encima del 40%. Ante esta grave crisis económica y social los partidos más radicales, los nazis y los comunistas, aumentaron su número de seguidores, y obtuvieron las votaciones más altas en las elecciones parlamentarias de 1932, mientras el mariscal Hindenburg fue reelegido presidente. Para conformar el gobierno, y ante las presiones de los sectores más conservadores y de los hombres de negocios, el presidente nombró como canciller en enero de 1933 a Adolfo Hitler, presidente del partido nazi.

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